martes, 21 de mayo de 2013

1983-2013 - Los Presidentes: Kirchner II - CFK

KIRCHNER II – CFK
Cristina Fernández de Kirchner lanzó oficialmente su candidatura presidencial para las elecciones de 2007 el 19 de julio de dicho año. El 28 de octubre se consagró ganadora en primera vuelta con el 45,29% de los votos positivos sucediendo el 10 de diciembre a Néstor Kirchner, quien había desempeñado el cargo hasta esa fecha.
Se trataba de un acontecimiento histórico para el país ya que se convirtió en la primera mujer en acceder al cargo elegida por decisión popular.
Su fuerte carácter, temido por algunos políticos, y un obsesivo cuidado de su imagen son dos de las características que resumen su presencia.
Su propuesta de campaña se basó en la idea de la continuidad dentro del cambio, que se manifestaría a partir de tres “promesas” centrales: la primera de ellas, la reinserción de la Argentina en el contexto internacional, la segunda, la inauguración de un nuevo tiempo político que diera lugar al diálogo y a la mejoría de la calidad institucional de la democracia argentina dejando atrás el ciclo de emergencia permanente inaugurado en la última década, y la tercera, la inauguración de una presidencia que establecería un cambio en relación a la de su antecesor Néstor Kirchner.
Asumió su gobierno con problemas de inflación y una crisis institucional en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), cuestionado por la verosimilitud de sus índices de costo de vida desde la intervención del organismo, a partir de enero de 2007.
La crisis económica de 2008-2009, iniciada en los Estados Unidos, tuvo su primer efecto en Argentina con el aumento exponencial del precio internacional de los granos que llevó al llamado «conflicto del campo», durante el cual las organizaciones de productores agropecuarios se opusieron a un alza de las retenciones a las exportaciones.
Así la expectativa de cambio pareció diluirse de manera casi inmediata. El miércoles 14 de noviembre de 2007, aún en la etapa de transición, se dio a conocer el gabinete de ministros para el nuevo gobierno. De los 12 integrantes designados, siete ya ocupaban carteras en el gobierno de Néstor Kirchner y 5 asumieron por primera vez un ministerio.
Con relación a la primera promesa, persisten a la fecha situaciones de conflicto heredadas de la “anterior administración”: ejemplo de ello son entre otras la ausencia de una relación clara y transparente con el estado de Venezuela –relación en la cual se entremezclan negocios privados no debidamente aclarados y confusos episodios públicos como el de la valija de Antonini Wilson-, y la deuda pendiente de la normalización de las relaciones de la Argentina con el sistema financiero internacional solo para mencionar algunas situaciones representativas; cabe destacar, respecto de esta última, que la crisis financiera internacional de 2008/2009 poco ha contribuido para ingresar en la etapa definitiva del proceso de normalización.
En relación a la segunda, el prolongado conflicto con las entidades del sector agropecuario marcó buena parte del primer año de gobierno de CFK. Un rasgo característico de todo este proceso ha sido la ausencia desde el gobierno –también desde los sectores agropecuarios- de propuestas de negociación que otorgaran racionalidad al conflicto, predominando la descalificación de la protesta.
La puesta en marcha de una estrategia de “confrontación calibrada” había sido muy característica del gobierno de Néstor Kirchner, llevando la misma a cabo antes contra actores que se percibía en condiciones de poder ser derrotados (el ex presidente Carlos Menem, los jueces de la desprestigiada corte menemista, los militares genocidas del proceso) pasando en el año 2008, gestión de Cristina Fernández, contra la “oligarquía agropecuaria” y luego contra los “monopolios mediáticos” encarnados en particular por el grupo Clarín.
El conflicto de la “125”, es resuelto por el voto “no positivo” del Presidente del Senado, Ing. Julio Cobos que inicia una conflictiva relación con el vicepresidente, entrando la misma en una situación de no retorno que afectó desde el punto de vista institucional.
Parte de ello influyó en la derrota sufrida por la candidatura a diputado del ex presidente Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires durante las elecciones legislativas del 28 de junio del 2009 que desde el oficialismos se atribuyeron a percepciones instaladas en la sociedad por parte de ciertos grupos mediáticos como Clarín, aun cuando dicho multimedio había acompañado de manera acrítica el rumbo establecido a partir del año 2003, y habiendo sido la propia administración de Néstor Kirchner quien en el año 2005 procedió a prorrogar las licencias de radio y televisión acordadas en la década anterior y pocos días antes de la finalización de su mandato acepto la fusión en el negocio la televisión por cable entre las empresas Multicanal y Cablevisión, permitiéndole de esa manera al Grupo Clarín el control del 60 por ciento del mercado en ese rubro.
En ese marco de confrontación con los medios, principalmente con el grupo Clarín, se inscribe la aprobación de la ley de medios de comunicación audiovisual sobre la base de tres argumentos:
El primero sostiene que la sanción de esta iniciativa está destinada a saldar una deuda de la democracia argentina instaurada en 1983, siendo esta la primera presentada a lo largo de estos 26 años transcurridos en democracia.
El segundo argumento se basa en la necesidad de una auténtica democratización de la propiedad de los medios de comunicación, amenazada por la existencia de organizaciones empresariales con presencia predominante en el mercado audiovisual.
El tercer y último, vinculado con el anterior, permite plantear la necesidad de un auténtica libertad informativa acicateada por la presencia de carteles y grupos mediáticos de carácter concentrado que han transformado la libertad de prensa en libertad de empresa.
Paralelamente a esta ofensiva legislativa, se crean las condiciones políticas necesarias para el surgimiento de nuevos medios de comunicación marcadamente oficialistas y/o la cooptación de otros mediante pautas publicitarias.[1]
Por otra parte, la permanencia en el tiempo de iniciativas como la ley de emergencia económica no permite afirmar que se haya inaugurado una nueva etapa en lo referente a la calidad de las instituciones democráticas. Aunque en principio ha sido escasa la recurrencia a los decretos de necesidad y urgencia como herramienta para la decisión política, la apelación a este recurso fue generando un endurecimiento de la relación entre el oficialismo y la oposición.
A partir de la demorada modificación de la composición de las cámaras del congreso desde el 10 de diciembre de 2009, y con la consecuente pérdida de la mayoría legislativa por parte del oficialismo, se ha ido advirtiendo desde el poder ejecutivo nacional un retorno a la utilización de recursos de excepción en detrimento de la apelación a mecanismos de carácter consensual: en este clima se inscriben entre otras iniciativas el decreto de necesidad y urgencia para la creación del Fondo del Bicentenario, la derogación del mismo y su sustitución por otro para la creación del Fondo de Desendeudamiento y un decreto “simple” para habilitar la transferencia de fondos del Banco Central de la República Argentina para hacer frente a erogaciones a diferentes organismos de carácter multilateral.
Así, el 14 de diciembre de 2009 Cristina Fernández creó el Fondo del Bicentenario, un fondo especial para garantizar el pago de los intereses de la deuda externa, creado mediante decreto de necesidad y urgencia  2010/2009.
En definitiva, este primer gobierno post kirchnerista si bien distanciado desde lo discursivo, en la práctica representó la continuación por otros fines –más que por otros medios- del estilo decisionista de gobierno instaurado durante los años de Carlos Menem, ratificado y profundizado durante las gestiones de Fernando De La Rúa (1999-2001), Alberto Rodríguez Saá (2001) y Eduardo Duhalde (2002-2003) que lo sucedieron y dejó inaugurada una etapa diferenciada de su inmediato antecesor, Néstor Kirchner, dando lugar a un “cristinismo” que se ha ido profundizando a partir de diciembre del 2011.



[1] 1. El Argentino,
2. Tiempo Argentino,
3. Diagonales,
4. Buenos Aires Económico,
5. La Gazeta del Cielo;
6. Radio América,
7. Canal CN23,
8. Semanario Miradas al Sur,
9. Revistas Veintitrés,
10. Veintitrés Internacional,
11. Newsweek Argentina,
12. 7Días,
13. Contraeditorial,
14. Asterisco,
15. Lonely Planet,
16. Agencia Infofax,
17, ElArgentino.com.
18. Página/12

1. Canal 7,
2. Encuentro,
3. Paka Paka (señal a salir al mercado),
4. IncaaTV (señal a salir al mercado)
5. TélamTV (señal a salir al mercado)
6. Telesur,
7. Radios Nacional AM,
8. Radio Nacional FM Folklórica,
9. Radio Nacional FM Clásica,
10. FM Rock,
11. Arsat,
12. Canales 22 a 25 de la TV digital,
13. TV satelital,
14. Agencia Télam,
15. Otros medios de los estados provinciales y municipales.
16. Radio Del Plata,
2. 44 radios FM, que retransmiten su programación de alcance nacional.

Grupo Santa María (que financia el sindicato SUTERH):

1. Radio AM 750.
2. Revista Caras y Caretas.
3. Semanario Diario Z.

Grupo Madres de Plaza de Mayo, con sus medios:

1. Radio AM530-La Voz de las Madres.
2. Canal Infomadres (a salir al mercado)
3. Revista Sueños Compartidos.

Grupo de Raúl Moneta/Matías Garfunkel:

1. Radios Belgrano,
2. Splendid,
3. Libertad,
4. Rock & Pop,
5. FM Blue,
6. FM Metro,
7. FM San Isidro Labrador.
8. Revista El Federal,
9. Bacanal,
10. Jineteando,
11. Dinámica Rural,
12. Semanario Infocampo,
13. Infocampo TV.

1. "6-7-8", en Canal 7,
2. TVR,
3. Duro de Domar.

1. Diario El Periódico Austral,
2. Canales 2, 5 y 10, de Río Gallegos;
3. Canal 5, de El Calafate.
4. Revistas Actitud y KA.
5. Radios FM Estación del Carmen y
6. FM El Calafate.
7. Sky Productions.
8. Cielo Producciones.
9. Diarios Crónica,
10. El Atlántico -de Mar del Plata-.

Grupo González González:

1. Canal 9 de Buenos Aires,
2. Canal 43 de la TV Digital,
3. FM Aspen.

1. Diarios La Unión, de Lomas de Zamora;
2. La Mañana, de Córdoba.
3 Radios LV2 y FM 99.7, de Córdoba
Revista Debate, fundada por Héctor Timerman, a cargo de Marcelo Capurro.



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