martes, 21 de mayo de 2013

1983-2013 - Los Presidentes: Fernandez

FERNANDEZ
Aunque difícilmente se la recuerde nunca por su apellido de soltera, el 10 de diciembre de 2011, Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, asume su segundo mandato como Presidente de los argentinos, fortalecida con el 54,11 % de los votos, el mayor porcentaje alcanzado en una elección presidencial desde 1983, siendo también en términos porcentuales el cuarto resultado más amplio de la historia electoral argentina después del de Hipólito Irigoyen en 1928, y los de Juan Domingo Perón en 1951 y 1973, obteniendo además una diferencia del 37,3 % respecto a la segunda lista, la mayor de la historia argentina.
Esta segunda asunción estuvo precedida por un acontecimiento que, marcó la característica de este período: la sorpresiva e inconsulta elección de quien la acompañaría en la fórmula presidencial: Amado Bodou, binomio que recibió el apoyo manifiesto de diversos sectores, entre ellos: el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) Hugo Moyano, el secretario general de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) Antonio Caló, el secretario general de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) y Central de Movimientos Populares (CMP) Luis D'Elía, así como también el de varios gobernadores, legisladores, funcionarios, las asociaciones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo (presididas por Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto, respectivamente) y Hugo Chávez (presidente de Venezuela).
La contundencia de los resultados electorales y el apoyo acrítico  e incondicional con que arribó a su segundo mandato, le permitieron desde el mismo comienzo acrecentar su personalismo y la unilateralidad decisoria. Percibiendo  los argentinos este periodo como una prolongación de los cuatro años de su primer Gobierno e incluso del periodo estrenado por su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, en 2003
No obstante ello nuevos problemas prontamente sacudieron la figura presidencial, el escándalo por corrupción que salpicó al vicepresidente Boudou, la pésima gestión del accidente de tren que costó la vida a 51 personas en Buenos Aires y las contradicciones de su modelo económico "nacional y popular", la inflación, (del 20% según cálculos privados que el Gobierno se niega a reconocer), el distanciamiento de la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT) o la retirada de subsidios, fueron los primeros de ellos.
La promesa de "sintonía fina" en la economía, en la práctica, se  tradujo en ajustes encubiertos en grandilocuentes discursos tras nueve años de crecimiento a tasas del 8% que en 2012 se reducirán al 5%. La fuga de capitales alcanzó los $ 21 mil millones, las importaciones para atender la demanda energética superarán los $9 mil millones y los vencimientos de pago alcanzaron a los $11 mil millones.
Teniendo como principales problemas la inflación, la continua salida de capitales y la falta de inversiones en los primeros cien días de su segundo mandato, la imagen presidencial descendió en las encuestas entre 17 y cuatro puntos, y acusó un desgaste significativo que se trató de frenar con mensajes que apelan a la unidad y el nacionalismo, como la reclamación por la soberanía de las islas Malvinas, su estrategia con la expropiación de YPF, y en los argumentos para justificar las restricciones a las importaciones y la prohibición de ahorrar en moneda extranjera, incrementando su actitud desprestigiadora de los medios de comunicación, y en los últimos tiempos hacia la Justicia en general mediante la denominada “democratización de la justicia”

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