Designado por
el Congreso para completar el mandato del Dr. De la Rua, la situación social lo
obligó rápidamente a anticipar el llamado a elecciones y la entrega del poder.
A partir de ese momento se puede decir que el presidente tuvo tres
preocupaciones principales: concluir su
mandato en un contexto social y económico más normal, impedir al ex presidente Menem su regreso al poder y mantener su control sobre el Peronismo de la Provincia
de Buenos Aires.
Durante el mes
de Enero del año 2002 se anunciaron una serie de medidas que terminaron
formalmente con el programa de convertibilidad que regía desde 1991, la que en
la práctica había dejado de existir a principios de Diciembre de 2001 bajo el gobierno
del ex presidente Fernando De La Rua, desde el momento en que se impusieron restricciones a
las transacciones financieras y en moneda extranjera. Sin embargo la salida
implementada por el nuevo gobierno fue caótica y agregó distorsiones y confusión.
En ese momento la mayoría de los pronósticos predecían para el año una alta
inflación, una importante alza del dólar y la posibilidad de terminar en una
dolarización de facto.
El plan
económico implementado inicialmente por el Ministro Remes Lenicov y luego por
el Ministro Lavagna estuvo basado en devaluar
la moneda, para obtener competitividad, retomar el crecimiento y bajar el desempleo.
Las medidas complementarias se orientaron a la pesificación de la economía, continuar con el congelamiento de los depósitos, flotar el tipo de cambio e implementar políticas fiscales y
monetarias austeras.
Los primeros meses de 2002 fueron de caos tanto económico como
político, como consecuencia de los ajustes implementados, En el primer
trimestre el año el PBI cayó 16,3 % en relación a 2001, sin embargo, a partir
de Mayo de 2002 las variables comenzaron a nivelarse y a tomar cuerpo la
sensación que la recesión estaba tocando fondo.
A partir del 2do trimestre el PBI comenzó a crecer levemente en
relación con los trimestres, el empleo también comenzó primero a estabilizarse
y luego a crecer levemente; si bien la devaluación de tipo de cambio fue
significativa, 240 % al cierre del año, (pero a mitad de año se acercó al 300
%) el “pass through” a precios fue contrariamente a lo esperado muy bajo; el
índice de precios minoristas terminó el año con un incremento del 41 % y el
mayorista del 118 %. Los principales factores que contribuyeron a este
comportamiento fueron la restricción impuesta por la recesión y el desempleo y un manejo del gasto público prudente
que limitó la emisión monetaria; también debe tenerse en cuenta que las tarifas
de los servicios públicos se han mantenido congeladas, que los servicios sólo
aumentaron 10 % en el año y que estos representan el 47 % en el índice del
costo de vida.
El superávit comercial del año 2002 ha sido muy importante; las
exportaciones fueron de 25.400 millones de dólares y las importaciones 8.960
millones. Este superávit y una menor fuga de capitales permitieron que el Banco
Central comprara dólares y aumentara sus reservas que a fin de año fueron de
aproximadamente 10,500 millones de dólares. Durante el año el gobierno ha
pagado más de 4.300 millones de dólares a los organismos multilaterales de
crédito.
Durante los últimos meses del año 2002 los ingresos fiscales
aumentaron más de lo previsto; no por una mejora en el nivel de la actividad
económica sino por el efecto de la inflación sobre el IVA, las retenciones
impuestas a las exportaciones, la no-compensación del impuesto al cheque en
otros impuestos, etc. Por el lado de los gastos, los salarios se mantuvieron en
términos nominales, continuó la reducción del 13 % dispuesta por el gobierno
del presidente De la Rúa, las transferencias a provincias disminuyeron y el
principal aumento está vinculado con la implementación de los planes de ayuda social. En resumen, el
año 2002 terminó con un superávit fiscal primario de aproximadamente 1 % del
PBI.
Durante los primeros meses del año 2003 la economía mantuvo las
tendencias que se señalaron, lo que se vio facilitado porque en el mes de Enero
se negoció un acuerdo transitorio, hasta Agosto de 2003, que implicaba la
renovación de vencimientos por aproximadamente 6.800 millones de dólares.
Sin embargo, a pesar de las mejoras señaladas la situación a
enfrentar era muy complicada. Los problemas importantes no habían sido
resueltos: no existía el crédito, el superávit fiscal se basaba principalmente
en impuestos distorsivos como el impuesto a las transacciones financieras o las
retenciones, los servicios que presta el Estado no solo son mínimos sino
ineficientes, la legislación laboral no incentiva ni el aumento del empleo ni
el empleo en blanco, la estabilidad del dólar estaba basada en importaciones
deprimidas y l no pago de la deuda, etc. etc.
En este contexto y a fin de
evitar mayor deterioro Duhalde convoca a elecciones presidenciales, logrando que
no se realizaran las internas dentro del partido Peronista, el que fue a las
elecciones dividido y aunque Menem sacó más votos que Kirchner (favorito de
Duhalde por decantación) en la primera vuelta realizada en Abril de 2003, el ex
presidente decidió no presentarse al “ballotage” dado que las encuestas daban
un alto rechazo de los votantes a su candidatura. Por lo tanto el 25 de Mayo
asumió en el gobierno la fórmula Kirchner – Scioli, gracias a los votos del
Peronismo de la Provincia de Buenos Aires.
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